El control de plagas es un aspecto fundamental en diversos sectores, incluyendo la agricultura, la industria alimentaria y la salud pública. El objetivo principal del control de plagas es prevenir y reducir la presencia de organismos nocivos, como insectos, roedores y microorganismos, que pueden causar daños a los cultivos, propagar enfermedades y contaminar los productos.

Según diversos estudios científicos, el control de plagas proporciona una serie de beneficios significativos. En primer lugar, contribuye a salvaguardar la producción agrícola y la seguridad alimentaria. Las plagas pueden tener un impacto devastador en los cultivos, reduciendo su rendimiento y calidad.

El uso de medidas de control, como el manejo integrado de plagas, ayuda a minimizar las pérdidas de cultivos y garantizar un suministro adecuado de alimentos para la población.

Además, el control de plagas es esencial para proteger la salud pública. Algunas plagas, como los mosquitos y las garrapatas, pueden transmitir enfermedades graves a los seres humanos, como el dengue, la malaria y la enfermedad de Lyme. La implementación de estrategias de control, como la eliminación de criaderos, reduce el riesgo de propagación de enfermedades transmitidas por plagas y protege la salud de la población.

Mason, L. J., & Hubert, J. (2018). Pest Management for Food Security. Academic Press.