Los viajes por todo el mundo y la inmigración han contribuido al resurgimiento de la chinche, lo que ha llevado a los especialistas en control de plagas a entender y educar acerca del comportamiento de estos insectos, dichos insectos se encuentran con mayor frecuencia en áreas aisladas y oscuras con el fin de evitar a sus depredadores, algunos de estos lugares son los colchones, costuras de edredones, muebles cercanos a la cama, en grietas, marcos, electrodomésticos, entre otros.

Sus huéspedes favoritos son los humanos, sin embargo, si existe la necesidad de alimentarse, pueden hacerlo de otros animales, las picaduras suelen hacerse en piel expuesta por la noche.

Las picaduras de chinche de cama inicialmente dejan pequeñas erupciones rojizas en la piel, pero al ser expuesto con frecuencia pueden dejar marcas más grandes y causar alergias, además de que en pruebas de laboratorio han encontrado que pueden ser transmisoras de grandes cantidades de enfermedades como: ántrax, peste, fiebre amarilla, fiebre recurrente y tifus.

En otras investigaciones, la chinche de cama ha sido infectada con hepatitis B y el virus de inmunodeficiencia humana. Sin embargo, no se ha encontrado suficiente evidencia, por lo cual no se considera un factor de importancia.

No obstante, la chinche reduce la calidad de vida de las personas en lugares infestados por ocasionar incomodidad, ansiedad y falta de sueño.